Chile 675: un hogar no siempre nace como hogar
- Jimena Amaya
- 12 mar
- 3 Min. de lectura
¿Qué hace que un espacio se convierta en un hogar? ¿Son las paredes, la escritura, la zonificación? O, más bien, ¿es la manera en que alguien lo habita?
Chile 675 nació como un local. Una dirección con su historia. Pero la arquitectura tiene sus reglas y la vida tiene las suyas. Y si hay algo que aprendí en mi profesión, es que los espacios no son lo que dicen los papeles, sino lo que alguien hace con ellos.

Hace poco más de un mes escribía sobre Chile 675 en el blog. Contaba sobre su fachada imponente, su hall con mosaico damero y su loft que desafía las definiciones.Hoy vuelvo a escribir sobre él, pero esta vez porque encontró a su nueva dueña.
La venta de un espacio es siempre más que una simple transacción. Es un cambio de capítulo, un hilo que se entreteje en la historia de un lugar. Y en este caso, esa historia tiene continuidad. Porque quien llegó a habitarlo es Mora, artista de la tinta, tatuadora, vecina del barrio. Su mamá lo encontró en Instagram, en una de mis publicaciones, buscando para ella un rincón donde pudiera vivir y trabajar. ¿Cómo no creer en la magia de las conexiones?
Desde el principio, la comunicación sobre este lugar fue clara: apto para vivienda, aunque técnicamente un local. Un detalle que no fue un obstáculo, sino una posibilidad. Porque la arquitectura tiene sus reglas, pero lo que define un espacio es la forma en que lo habitamos. Y si algo tenía este rincón de San Telmo, era la capacidad de transformarse en hogar, en estudio, en un ambiente creativo.
Lo que hace especial a Chile 675 no es solo su estructura, sino la energía que lo habita. Sus anteriores dueños también tenían un amor por el arte y el diseño, y ahora, con Mora, esa esencia sigue viva. Es como si el espacio tuviera su propio carácter y solo esperara a la persona indicada para continuarlo. ¿No pasa algo parecido con las casas, con los barrios, con la vida misma?
San Telmo tiene esa cualidad: no es un simple conjunto de calles adoquinadas y edificios antiguos, es un escenario donde las historias se cruzan. Mora encontró en este lugar su espacio, y Chile 675, en su nueva dueña, encontró una nueva historia que contar.
Y así, un mes y medio después de ponerlo en venta, este loft cambió de manos. Una transacción rápida, pero no azarosa. Porque la clave en el mercado inmobiliario no es solo saber mostrar un inmueble, sino contar su verdad. Sin disfraces, sin exageraciones. La sinceridad no solo vende, conecta. Y cuando algo conecta, simplemente sucede.
Así que ahora Chile 675 no es solo una dirección en San Telmo. Es el nuevo hogar de un proyecto, de una vida, de un futuro en tinta. Y para mí, es otra confirmación de que en mi profesión todo empieza con una conexión.
Cómo convertir un local en vivienda en CABA
Si te tienta la idea, estos son los pasos clave para hacerlo realidad:
✅ Chequeá la zonificación: No todos los barrios permiten el cambio de uso. Consultá el Código Urbanístico o acercate a la Dirección General de Interpretación Urbanística para asegurarte de que es viable.
✅ Contratá un profesional: Un arquitecto o ingeniero matriculado es indispensable para preparar el proyecto. El código exige cumplir con requisitos como superficies mínimas, altura de techos, ventilación e iluminación natural, y la correcta instalación de baños y cocina.
✅ Presentá los permisos: Con el proyecto listo, dirigite a la Agencia Gubernamental de Control (AGC). Pagá las tasas y presentá toda la documentación.
✅ Realizá las obras: Una vez que tengas el visto bueno, poné manos a la obra. El profesional que contrataste debe supervisar cada etapa.
✅ Obtené la cédula de habitabilidad: Este documento certifica que la vivienda es apta para ser habitada.
✅ Actualizá los registros: El último paso es cambiar el uso del inmueble en el Registro de la Propiedad y en Catastro para que todo quede en regla.
Transformar un local en vivienda es, en el fondo, transformar una idea en realidad. Es desdibujar los límites entre lo que se supone que un espacio debe ser y lo que realmente puede llegar a ser. Es un acto de apropiación creativa, de libertad, de resignificación de lo construido.
San Telmo, con su historia de cambios y su espíritu de reinvención constante, es el escenario perfecto para estas mutaciones urbanas. Porque, al final, las ciudades no son otra cosa que el reflejo de quienes las habitan.
Y en ese reflejo, en esa reinterpretación de lo establecido, es donde nacen los espacios más genuinos, los más vivos, los que cuentan historias nuevas sin perder la memoria de las anteriores. Como Chile 675, que hoy, con Mora, vuelve a escribir la suya.
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